Por mucho tiempo se consideraron las aguas residuales como un simple desecho industrial. Actualmente, las plantas de tratamiento de agua pueden aprovechar y generar productos de gran valor durante los procesos de depuración residual. De hecho, algunos científicos incluso las han considerado como una fuente de materia prima.
Las aguas residuales poseen materia orgánica que, si es debidamente tratada, puede ser aprovechada para generar algunos subproductos:
Abono y fertilizantes
Los avances tecnológicos en los procesos de depuración de las aguas residuales han facilitado la extracción de ciertos nutrientes, como el fósforo, los nitratos y el carbono. De esta forma, mediante un proceso de evaporación-concentración al vacío que reduce la cantidad de residuos, se crea un fertilizante concentrado.
Si bien, el fósforo es un elemento esencial para la industria agrícola. Aproximadamente, existe una demanda global del 22% de este mineral y, en este caso, las plantas de depuración podrían ayudar a satisfacer esta necesidad gracias al tratamiento de lodos a través de procedimientos de digestión aeróbica y anaeróbica.
Sin embargo, uno de los procedimientos que provee mayores ventajas, tanto de salubridad como económicas, es el tratamiento con cal. Una alta dosificación de esta sustancia alcalina afecta las propiedades físicas y químicas del lodo, lo cual elimina microorganismos y patógenos nocivos que se desprenden durante la descomposición. Así, se produce un fertilizante de calidad perfecto para terrenos ácidos sin causar peligros para la salud humana y posibles daños ecológicos.
También, se puede recuperar y reutilizar el fósforo en forma de “estruvita”, de los efluentes generados por la actividad industrial, agrícola y municipal.
Energía eléctrica y biocombustibles
Las aguas residuales también pueden ser utilizadas para generar electricidad, especialmente, cuando se cultivan microalgas en estas a fin de producir energía biocombustible, como la biomasa y el biogás.
Mediante la implementación de fotobiorreactores de diez metros cúbicos alimentados con agua residual (sea esta de fuente doméstica o agrícola), se puede llegar a propiciar el crecimiento de las algas y de la biomasa, la cual se obtiene por la descomposición de bacterias.
La biomasa, por su parte, se separa del agua tratada y es procesada mediante digestión anaeróbica para obtener biogás metano. Este gas puede emplearse en celdas de combustible para producir electricidad o calor en los procesos de la planta.
Estos subproductos del tratamiento de las aguas residuales son un gran beneficio para las plantas debido a que estas consumen un alto porcentaje de energía, mayormente un 4-5% del consumo energético de un país desarrollado. De hecho, hasta podrían convertirse en plantas autosustentables.
Producción de plásticos biodegradables
Se ha demostrado que, si se ajustan correctamente las condiciones de cada uno de los fotobiorreactores, se pueden producir bioplásticos. En general, este tipo de plásticos pueden ser sintetizados al ser expuestos a una población de cianobacterias o algas verde-azuladas, capaces de acumular dichos bioplásticos con forma de gránulos como nutrientes en la célula de esta planta.
Estos plásticos poseen una gran similitud con aquellos producidos por derivados químicos del petróleo, pero, su mayor beneficio es que son productos altamente biodegradables.
Los subproductos del tratamiento de las aguas residuales pueden ser tan variados como numerosos, con la implementación de las tecnologías vanguardistas y adecuadas, se podrán lograr resultados que contribuyan al desarrollo sostenible y al medio ambiente.