[vc_row type=”in_container” full_screen_row_position=”middle” scene_position=”center” text_color=”dark” text_align=”left” overlay_strength=”0.3″ shape_divider_position=”bottom”][vc_column column_padding=”no-extra-padding” column_padding_position=”all” background_color_opacity=”1″ background_hover_color_opacity=”1″ column_link_target=”_self” column_shadow=”none” column_border_radius=”none” width=”1/1″ tablet_width_inherit=”default” tablet_text_alignment=”default” phone_text_alignment=”default” column_border_width=”none” column_border_style=”solid”][vc_column_text]El sector de la industria textil consume gran cantidad de recursos: agua, productos químicos y energía. Asimismo, los efluentes de aguas residuales de esta industria tienen una variada composición: colorantes, ácidos, álcalis y metales pesados, entre otros. Por tanto, la eliminación de estas sustancias contaminantes ocasiona costos elevados para una compañía.
Para poder solventar este problema, las plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) resultan una buena opción, pues le permiten generar ahorros económicos, de recursos naturales y materias primas.
Cómo ahorrar con una PTAR
El agua sometida a tratamiento puede reutilizarse para el lavado de equipo e instalaciones, lo que disminuye los costos operacionales de la industria. Este recurso puede venderse para uso agrícola en el riego de cultivos. Además, el agua tratada se puede destinar al riego de zonas verdes de complejos urbanísticos y deportivos. Por tanto, la confluencia de estos factores permite reducir el elevado consumo de agua, y obtener beneficio económico de su venta.
El disponer de una planta de tratamiento de aguas residuales en la empresa, elimina los inconvenientes de tener que transportar las aguas residuales a un sistema centralizado para su depuración. El resultado es un ahorro en dinero, tiempo y energía.
Del mismo modo, es necesaria y resulta beneficiosa, una mejor gestión de los recursos hídricos que evite la sobreexplotación de los mismos, en especial de las aguas subterráneas. De este modo, se reducen los costes al no tener que destinar tanta infraestructura para su disfrute y se obtiene una mayor disponibilidad.
Tratamiento biológico
Si se utiliza un tratamiento biológico anaerobio, los componentes orgánicos presentes en las aguas residuales (DBO, DQB y SSV), pueden convertirse en biomasa y biogás para el consumo eléctrico de la propia instalación, con el consiguiente ahorro energético.
Ozonización
También se produce un ahorro en la gestión de residuos si se introduce un proceso de ozonización. Esta técnica, permite tratar grandes caudales de agua y destruye los colorantes presentes en las aguas residuales, a través de una oxidación rápida. El resultado es un efluente incoloro y libre de residuos lo que, resulta en una reducción de costos para el negocio textil.
No obstante, los lodos que resultan del tratamiento de las aguas residuales pueden utilizarse como fertilizantes para la industria agrícola, usando tecnología de cogeneración.
Electrocoagulación
Usando sistemas como la electrocoagulación, la inversión en maquinaria y el coste de mantenimiento es mínimo, generando un ahorro de recursos. Permite recuperar los colorantes descargados en las aguas residuales para volverlos a usar en el proceso industrial. Frente a esto, se estima que el 30% de colorantes utilizados se vierte en las aguas residuales. A través de la aplicación de la tecnología de membranas, se consigue un ahorro importante de materia prima. Frente a esto, estudios de la Universidad Politécnica de Catalunya, demuestran que el 100% de los colorantes tratados con este proceso pudieron reutilizarse en nuevas tinturas.
Ahorrar con una PTAR es posible. La reutilización del agua para los procesos productivos, el ahorro energético y la recuperación de las materias primas utilizadas, justifican el contar con una planta de tratamiento de aguas residuales para el sector textil.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]